jueves, enero 08, 2009

Destete

El día corre lento, el río de leche quiere detener su curso ya,
la ceremonia duele. No quiero negarme a ella
pero cruje el tiempo de las decisiones contra todo el ancho
de esta seda frente al sol.


Achino los ojos y sé
que el instante en que devine madre fue después,
mucho después, de haber oido el llanto bajo la montaña,
eso fue perplejidad. Dejaría de cruzar las manos
sobre el calor de la cima, de indagarla
en mi perfil sobre el espejo una y otra
y otra vez.

Madre amarrada me hice después, y para no volver,
de nadar una noche en toda el agua de una gota
de su desesperación, en la boquita a 180° desplegada
para el show maxivibrante de una campanilla
que se ahogaba, que hacía temblar la habitación.
Esa cosita sufría y yo
no puedo ver sufrir a lo que llamo miedo.
Miedo es amor.

En enero pasa poco y nada, la jornada se teje con naturalidad
en la nobleza de la calma.
Estoy sentada durmiéndome y los pedidos salen sólos
de unas teclas negras,
sobre ellas los dedos de la que maneja
sueñan con un corral que va
quedándose vacío. El líquido cumplió su cometido ya
y los algodones animados, corderos sin cara,
huyen satisfechos después de saltar. Ninguno chilla.
Crecen y dirigen su dirección a las nubes
porque quieren perderse.

Cada uno tiene impreso con dolor
un número en la nalga. Sigue el miedo
pero falta menos.



*

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Conmovió!! "Miedo es amor"

Nos vemos a mi vuelta!
Te quiero muchioo

nv dijo...

sos rita?
yo tambiénnn

Martín dijo...

Gran poema.

nv dijo...

ay miles de muchísimas gracias, paniagua querido