jueves, agosto 12, 2010

amor en el pasto alto*

para mi cumpleaños número treinta

cuando no había nadie,

me senté con los pies

en una palangana de agua caliente

y me puse a escuchar la tormenta.


Era a fines de noviembre,

y por la ventana, vi a las ovejas amontonadas

bajo el techo principal del establo

decían beeh beeh y podías ver de lejos

cómo sus lenguas negras

se parecían al hígado crudo

que cocinamos acá los lunes.


Tomé tres vasos colmados de vodka

y me até el pelo frente al espejo

usando la luz de los relámpagos.


Cuando estuve lista salí a la intemperie

a recostarme sobre el pasto húmedo.

Llegó el doctor:

-vas a resfriarte

-¿estás borracha?

- no me preocupa

-¿eso importa?

Lo tomé de la mano,

asumió que era fiebre

y enseguida perdimos la noción del tiempo.




*licuado obtenido de las anotaciones en los márgenes y los subrayados de un cuento llamado así de Claire Keegan en su maravilloso libro Antártida.

3 comentarios:

Clara O. dijo...

Amiga!! es ultra lindo este poema. Mirá la productividad de tus lecturas al margen ;)
Estoy leyendo el libro q me prestaste de A. M. Espero q mi lectura no se corte x el aluvión obligacional q se avecina jiji

Emma Sara dijo...

cuando leí lo de vas a resfriarte y ¿estás borracha? me recordó a algo pero no supe a qué y después que leí hasta el final me di cuenta:
estoy leyendo el mismo libro ja!

nv dijo...

hola hermanitas:
sara, lo que es el azar! no se lo pasás a Clarita cuando lo termines? porfa. es demasiado lindo, a ella le va gustar y yo vengo de recuperarlo para ella pero lo estoy releyendo.