Por eso digo y digo. Administrar cada día como si fuera la antesala al cuarto oscuro,
el deterioro: las palabras, las comidas, las fechas. Quizá haya sido
de las últimas veces que para año nuevo brindé por lo imposible,
que él se acueste siempre a la misma hora que yo...
la montaña, la barrera, la tos,
los pies negros por andar descalzos, quiero eso temprano: revelado.
Ahora, si lo que digo importa ¿es necesario abundar en la plegaria?¿religiosamente?
Ahora, quizá también, el reflejo inquieto esta mañana, haya querido dispararme algo:
un ramo, el secreto está en apostar a las potencias >> al olor a destiempo de la literatura.
Hoy es el nudo. El medio del los álbumes prendidos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario