jueves, octubre 26, 2006

Ángel gallardo


Chucuchucuchú, chucuchucuchú... decía... me bajo. Con el cansancio a cuestas, como todos los días (lo de todos los días). Llegar al silencio de la soledad ansiada antes de que llegue la noche. Después sí: siempre compañía (¡ALERTA!-peligro de diabetes crónica-). Decía: llegar, volar los zapatos, la ropa, las hebillas, ganchos y ganchitos. Agarrar algo para leer: PAPEL para entrar en la consciencia + realista y tirarte. Despaturrarte donde sea. Un sillón, un diario en la mano y una colcha. Toda una puesta en escena. Ni media palabrita antes de caerte dormida, leés. Siesta malograda: corta, hipertardía. Hoy no tengo los pies sino la cabeza. Quemada. Cuando vuelvo a salir, por el cuerpo me pasa una corriente helada. Va paralela a la avenida, la tocaya que acaba con el falo porteño adentro. La cuestión es que bueno, en el segundo viaje, ya despabilada, pero no tanto como para volver a agarrar papel ni hablar por teléfono, sueño blanco. Ese de los ojos abiertos de los colectiveros: sin reflejos. Todo un surrealismo descuajeringado de imágenes tipo emtiví.

Por ejemplo, qué rápido que va todo. De repente soy sensible a advertencias de salud e higiene: qué pocos días quedan, se termina el mes de la rubéola: no me vacuné, no le seguí los pasos a Ernestina. Cero Actitud Buenos aires. Y ojo que es una cuestión que implica una prevención a largo plazo. Pensar en la maternidad, etecé. Por primera vez, me siento bien, "orgullosa de mí misma" como dice Caro, frente a este arrebato de responsabilidad bizarro. Bizarro para mi nube............Que los labiales peligrosos, reenvío mails y mensajes de textos, lavo bien-bien (bien) las frutas y verduras, por las dudas y cosas por el estilo que ni yo misma entiendo. Ah, esto! miro bien al caminar, por las veredas rotas. Es como me dice la Mrs Choripán nomás: ¿te gustan las flores? estás hecha (y derecha) una vieja chota.... Por ejemplo otra cosa: hablo con una chica. Tiene treinta y cinco años, usa jeans ajustados, pelo larguísimo, atractivos-etecé. Saca una foto: una nenita hermosa: ¿la hija? No: la nieta.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Che, no te des la vacuna de la rubeóla (hasta le cambió el nombre ahora) porque dicen que, justamente, causa infertilidad. y, es probable, porque sino ¿para qué tanta insistencia? Me hizo acordar a una peli boliviana "sangre de cóndor" que esterilizan a las mujeres en el parto sin decírselo para terminar con la comunidad.

nv dijo...

me asusté.

nv dijo...

jaja, los mitos urbanos vuelan, arrasan!

Clara O. dijo...

yo tampoco me la doy, pero no sé, mirá si me sale un hijo deforme por mi poca actitud bsas?