domingo, setiembre 24, 2006
Limón y sal
Después de la primavera simbólica del jueves, de las flores amarillas, sigue el invierno. Extremo. Al menos para mi pecho frío. O sea, a pesar de los reales 16 grados. Hablo de estaciones internas, quizás. Cuando al revés de lo bien siglo XX, lo éximo deviene íntimo...
El sábado, pasando el Río Luján, idilio rural: mate, tortas fritas a leña y fogón abismal para apalear los vientos, las n0ticias. O sea que burbuja artificial entre dos: entre lagos, molinos y patos: un acto de fe conservadora, de amor: extra moderno. Como dijo la guitarra bajo la voz del cantor: con sangre de mis venas te maracaré la frente. Lo que eran púas devienen bombillas. Cito: paz y progreso. Chupo agua verde: estoy en lo bordes del círculo (de plata 900) y es lo más cerca que estuve del paraíso terrenal.
El domingo es harina de otro...de cansancio, cama y mamá: atención casera, bañitos de vapor, pañitos calientes. Y el disco incompleto de la niña mexicana cansada a la que hoy sólo acompaño en unos pocos versos: en el micro de vuelta del país desencantado: nada que venga de afuera ...
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